Existen paisajes que atrapan. Uno de ellos es Picos de Europa. Por mucho que te hayan hablado de su belleza, por muchas fotos o reportajes que hayan emocionado tu vista, nada es comparable a respirar el oxígeno de una naturaleza que en su estado más puro aviva nuestros sentidos.
Ahí están los hayedos con sus juegos de colores, los castaños y los robles como testigos del tiempo, los avellanos generosos en ramas rectas con vocación de bastones para subir a las cumbres, las que se besan con el cielo.
Ahí están los caminos y los senderos atravesando los bosques, ahí el agua saltando entre las rocas y tarareando sonatas de cristal.
Ahí la tierra madre que se cubre de alfombras verdes, ahí los atardeceres rojos y las noches de lunas y estrellas…
En el verano de 1984 un joven nacido en Santa Marina de Valdeón, inspirado por el atractivo de un entorno que contempla las cimas del Urriellu, el Cornión o el Friero y a un paso del desfiladero del Cares, logró con su esfuerzo dar vida a un sueño:
Crear un espacio donde la gente pudiera sentir la naturaleza en todo su esplendor y sirviera de escenario de una relación de aventura, conocimiento, respeto y amor, en la que el hombre pudiera dar rienda suelta a sus emociones sin ataduras urbanas.
Nosotros cuidamos este lugar bautizado como Camping el Cares que desde esa fecha no ha dejado de ponerse al servicio de la naturaleza para, sin alterarla, ofrecerla a todos los que quieran acercarse por aquí. Pero cuidado ¡este espacio atrapa!